El mismo río
El río pasa por donde mi perro viejo se enjuagaba las patas y se refrescaba la
barri ga a medio paseo. Levantaba con su gran lengua, que nunca supo darme un beso, torpes sorbos de agua, y los peces y las ranas salían despavoridos de ahí. Yo le sacaba fotos para verlas mucho, para verlas pronto, porque el perro era muy viejo, y las otras perras comían pasto. No les gusta el agua de ese río, que en efecto ya no es el mismo río, aunque parezca, porque mi perro ya no está pero la tierra de sus patas y el calor de su barriga y esos besos que le dio al agua andan por ahí, por el río, por el mar, y en la lluvia que cae en nuestro jardín.
